El problema es que quiero ser igual de perfecta e igual de inteligente que los de mi alrededor y me autoengaño pensando que lo soy, a veces incluso más, cuando no es cierto. Ni lo soy ni lo seré.
Ahora vivo en una tortura perpetua y no creo que se marche fácilmente. No creo que la cara vuelva a su color natural, ni que yo pueda volver a dormir o a pensar en otra cosa que no sea eso.
Soy mediocre, fea, torpe, con una voz que da asco, imprudente, extraña, demasiado sensible y mentirosa.
Si, lo tengo todo.
Supongo que escribir esto me ayuda a desahogarme pero no quita el hecho de que mañana y el resto de los días hasta Mayo la gente me mire y susurre, me mire y comente.
No puedo parar de pensar en ello, y me está matando.
Creo que nunca volveré a ser la misma ni caminaré igual que antes. Ahora me esperan noches en vela, días se sangre y sufrimiento, más tortura.
¿Si dejo de comer crees que me haré invisible?
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