Está bien. Lo confieso: amo los hospitales con todo mi ser; los hospitales, los médicos, las enfermeras, las gasas, las suturas...todo lo que tenga que ver con hospitales me encanta.
Adoro estar en el hospital. Me pasaría la vida paseando por sus interminables pasillos.
Se que a mucha gente no le gustan, por no decir a la mayoría, pero a mi me transmiten esa seguridad y protección que poquísimas cosas me dan.
La gente siempre que ve una ambulancia o un hospital piensa en desgracia y sufrimiento. ¿Por qué? Yo pienso en médicos, palabras técnicas y ayuda.
Y me siento genial.
¿Soy rara? Si. Mucho. Y me encanta casi tanto como los hospitales.
Hoy en día no hay gente que ayude a los demás (no por voluntad propia). No hay gente que te atiende ni te dice cosas bonotas en los días más grises. La gente solo piensa en sí misma y solo se preocupa de sus problemas.
Odio eso. Odio que si te caes por la calle la gente no se pare a ver como estás. Odio que si te pierdes nadie te ayude.
Odio que si no entiendes algo nadie te lo explicará, excecto el profesor (y porque le pagan).
Odio que la gente no sea humana ni compasiva.
En los hospitales, por ejemplo, si te caes en el pasillo, seas quien seas y seas como seas, va ha haber mil brazos al segundo intentado ayudarte. Y eso es maravilloso. Si estás perdida seguro que alguien va a ayudarte por muy ocupado que esté. Los médicos (la mayoría) son buenos y compasivos.
Eso es por lo que me gustan los hospitales. Eso es por lo que si pudiera, viviría en un hospital.
Hey, pero ahora viene la mejor parte.
¿Por qué no estudias algo relacionado con los hospitales si tanto te gustan?
Pues lo he intentado durante dos largos y eternos años. Fueron años amargos y tristes, estuve muy sola y muy vacía pero me hicieron madurar y ser como soy ahora y estar donde estoy.
Es difícil entrar a las carreras de ciencias de la salud por la nota tan alta que tienen en mi país, al menos. Yo ahora mismo saco buenas notas pero no son suficientemente buenas como para poder estudiar eso.
Así que me tengo que conformar con algo que mas o menos me gusta (aunque no apasiona) y soñar con un futuro brillante.
Siempre me quedará la esperanza.
Y los hospitales.