Mente privilegiada

Los días de vacaciones en los que he estado encerrada en casa (que no todos), he sido muy feliz. Y me he dado cuenta esta mañana cuando he tenido que volver al instituto después de dos semanas eternamente placenteras.

Y es que a partir de no hacer nada, he vivido en mi mundo de luz y color donde todo es perfecto y ni nada ni nadie puede amargarme con sus comentarios.

Era feliz.

Y esta mañana no. Porque ver a las petardas de turno, que me digan que soy idiota por escuchar a mis chicos y que soy muy callada no me hace ser feliz. Ni un pelo. 

Digamos que odio el instituto y a todo ser viviente que habita en el. Exceptuando algunas personas que SI valen la pena. El resto no. Nada. Fuera. A la hogera.

Y es que si ya de por si es difícil encontrar amigos de verdad y gente que te entienda, como tengas los gustos que yo tengo y seas tan especial como lo soy yo, mal vamos.

Pero aún quedan personas buenas, humildes y razonables que me hacen confiar en que la humanidad tiene salvación posible.

Puede que esté delirando debido a mi dolor de cabeza y de útero pero yo creo que si te pasas un día por mi instituto lo comprobarás y, es más, me corroborarás.

Porque no hace falta ir al zoo para ver animales. 

Y porque ya no queda gente como la de antes. 

I love english

Echo de menos Londres. Mucho.

Me gusta su clima húmedo y seco con rayitos de sol de vez en cuando.

Adoro salir a la calle y que haya miles de personas alrededor. Incluso en el lugar mas remoto y/o escondido habrá gente.

Me gusta su humor un tanto especial. Y las luces que iluminan la ciudad por la noche.

Me gusta que no haya persianas (aunque a las seis de la mañana lo odie profundamente).

AMO los chicos ingleses. Mas guapos...mas educados...son diferentes a los de españa (por eso me gustan tantísimo).

Me gusta las casas estilo victoriano y la moqueta calentita que adorna el suelo de la casa.

Encuentro tierno que la mayoría de la población posea un animal (generalmente un perro). Aquí en España les maltratamos.

Adoro que haya cosas especiales para los vegetarianos, desde comidas solo para nosotros hasta geles y champu no probados en animales.

Adoro llegar a la otra punta de la ciudad en minutos. Aquí en Madrid no pasa, si quieres ir al centro tardas bastante y la gente va con cara de mala ostia. Allí todos (con los que me he cruzado) son simpáticos y con una sonrisa te ayudan o simplemente van a lo suyo.

Odio, eso si, salir a la calle entre las seis y las siete, es cuando casi todos salen de trabajar y no se ven mas que hombres con traje, corbata y maletín, o mujeres elegantísimas.

Adoro su estilo a la hora de vestir.

Odio lo caro que es todo, y las libras también. ¿Tan malo es el euro?

Me gusta que conduzcan por el lado derecho, es incómodo y raro pero es diferente y me encanta.

Adoro que puedas ir por la calle de cualquier manera y que nadie le de importancia. No llamas la atención vayas como vayas.

(Yo una vez vi en Oxford Street una mujer vestida de novia andando y hablando sola. ¡Y a todo el mundo le daba igual!)

Casi todas las personas (jóvenes) son muy muy guapas, que envidia. Aquí para encontrar a alguien guapo hay que mirar con lupa (y ni así).

En fin, que como en casa en ningun sitio, si, eso no se puede negar. Pero a mi inglaterra me encanta. Es un lugar en el que viviría sin pensarlo. No se, llámame rara, pero España deja mucho que desear en comparacion con Inglaterra.