Nieva, llueve, ambos impersonales, como yo

Es verdad, aún no he conocido la felicidad. Pero tus ojos son lo mas parecido a ella que he visto.

Me he vuelto adicta.

Al azul (de tus ojos).

A ti.

A no poder pasar ni un minuto sin saber si estás bien si necesitas algo...

Porque yo si te necesito a ti.

Y a mi.

A los dos.

Formando una burbuja incandescente que se apaga con los primeros rayos del sol, al alba.

Y que poético es todo ultimamente ¿no?

Y que guapo estás de repente ¿no?

Mas que antes si es que eso es posible.

Con solo una sonrisa me vuelves mas loca que a Juana.

Con eso te lo digo todo y no te digo nada.

Como dos gotas de agua.

Como el sol amaneciendo un frío día de Enero.

Como el agua caliente una noche de Noviembre.

Como los besos que me dabas mientras yo te untaba en nata sobre la cama.

Que el invierno está pasando y tu todavía no has llegado (a cumplir las promesas que me promiste un día y que yo creí como tonta).

Porque al fin y al cabo es eso, el amor nos vuelve tontos. En mi caso, peor de lo que ya lo estaba.

Exactamente iguales

Los examenes, los madrugones, los libros de lectura aburridamente obligatorios, los nuevos estrenos de películas maravillosas y las risas con Andrea no me han dejado tiempo para escribir.

Pero he tenido un montón de ideas.

Y quiero retractarlas.

Hacer música.

Hacer novelas.

Me he dado cuenta de que no me gusta la monotonía. Me gusta madrugar, si. Pero no me gusta estar todos los lunes a segunda hora dando Historia o todos los viernes a última hora dando Gimnasia. NO. Odio hacer sieeeempre lo mismo. 

Que ya me se el número de baldosas que componen la cuesta que tengo que bajar para llegar al instituto todas las mañanas.

¿Para que estudiamos? Para llegar a una nota mínima y poder entrar a una carrera que nos guste o no es la que estudiaremos porque 'es lo mejor' ¿Lo mejor para qué? Para tener un trabajo que no te guste, llenando tu agenda de aburridas reuniones y con papeles por todos lados. Casarte con alguien que es 'el mejor' para acabar matandoos entre vosotros y con hijos ruidosos y babosos.

Al final llegará un momento en tu vida en que te darás cuenta de que no has vivido. Has cometido las mismas gilipolleces que los otros 23.000.000 de habitantes que componen la tierra. Sí, tu vida será igual (de mierda). La habrás desaprovechado (en parte) y ya no puedes retroceder.

Oooohhhh.

¿Entonces? 

Yo no quiero eso. Por supuesto que no.

Quiero viajar, conocer mucha gente de muchos lugares diferentes. Aprender muchos idiomas y siete cosas nuevas cada día. Quiero enamorarme pero no comprometerme (eso del anillo en el dedo y 1.000.000 de euros gastados en vestido, traje y banquete nunca ha ido mucho conmigo). Quiero componer canciones y subirme a los escenarios. Brillando con luz propia.

Quiero ser actriz. Conocer gente famosa. Actuar delante de una cámara y ser una asesina en serie en Febrero y una niña huérfana en Mayo. Quiero ganar premios.

Quiero escribir libros. Muchos. Y que gusten mucho.

Cambiar vidas.

Ser parte de ONGs.

Adoptar niños.

No se, esas cosas que tiene la vida que son maravillosas y que tendemos a ignorar por miedo o por ingenuos.

Que sepais que la loca no soy yo por querer hacer todo esto. O si. Pero vosotros sereis unos pringados exactamente igual que el anterior.