Reflexiones desde el manicomio

Es increíble el poco sentido que le damos a las palabras.

Estoy cansada de escuchar "24horas no me dan para nada. Necesito mas horas en el día"

Todos hemos dicho eso alguna vez ¿a que sí? Pero si te tumbas en la cama y te pones a reflexionar después de un día cualquiera te das cuenta de que pasan muchas cosas a lo largo del día.

Somos nosotros las que les damos significado.

Y si te pones a pensar y eres como yo, que pienso y analizo cada cosa que hago, pues acabas pensando que haces cosas muy ridículas. ¿Me equivoco?

Pero hoy he llegado a una conclusión

¿Que tiene ella que no tenga yo?

Verle reírse con ella, verles haciendo bromas, mirándose a los ojos, queriéndose en el fondo. Duele. Duele mucho. Y mas cuando sucede delante de tus narices y lo único que puedes hacer para que no se note es sonreír aunque por dentro quieras matar a alguien...

¿Pero de qué sirve matar? Ella seguirá siendo un buen recuerdo en su mente y tu serás siendo invisible y patética como siempre.

Tampoco ha cambiado nada. 

Pero yo pensaba que el era especial. Que el me iba a sacar de esta oscuridad. Pero me equivoqué. De nuevo. Y vuelve a doler. Y vuelven los miedos y las inseguridades y es que hay cosas que aunque pasen mil días seguirán doliendo igual que el primero.